El grafeno, el material de futuro en construcción

Desde hace unos años, el grafeno se muestra como el material que cambiará (o está cambiando ya) el mundo de la construcción. Se puede utilizar directamente en las obras y cumple, en principio, con todas las exigencias de la construcción moderna.

Esta revolución se manifiesta por el gran número de aplicaciones que presenta. En primer lugar, se habla de este material como uno de los más resistentes, mucho más que el acero e incluso llegando a asimilarse a los valores de resistencia del diamante. Otras de las particularidades a destacar del grafeno son su gran conductividad eléctrica así como su gran elasticidad, ya que puede adaptarse a gran variedad de formas.

Las ventajas asociadas a todas estas características son múltiples. A nivel puramente constructivo se reconoce de manera sencilla interesantes aplicaciones en el campo estructural de la construcción, ofreciendo una elevada resistencia al desgaste y elevadas cargas. También en el campo de la eficiencia energética las aplicaciones son muy variadas, desde soluciones constructivas de paneles solares con capacidades de absorción de luz solar y excelentes prestaciones fotosensibles, hasta aislamientos térmicos de máximas prestaciones en infinidad de elementos constructivos.

Pero quizás la novedad que aparezca como más real para el usuario es la introducción de este material en vidrios, que mediante nanochips estarán conectados a móviles y otros dispositivos. ¿No estaría bien leer los mensajes del móvil sobre un espejo de la cocina de tecnología táctil? Sobre esta base, resulta normal que se hable del grafeno como del material del futuro, aunque los científicos consideran que todavía queda mucho por aprender.